Por: Dr. Jordi Puente Espel.
Existen muchos modelos de especialización en Cirugía Plástica y Reconstructiva en el mundo. Cada uno muestra ventajas y desventajas. Sin embargo, los programas de especialidad en países como Estados Unidos, Canadá y Australia, muestran algunos aspectos en común, como un nivel homogéneo de enseñanza quirúrgica y marco teórico en las diversas áreas de la cirugía plástica y reconstructiva para cada uno de sus médicos en formación. Las grandes ventajas que caracterizan a los programas académicos mexicanos es la capacidad para atender a un mayor volumen de pacientes, y ofrecer una amplia variedad de procedimientos complejos en comparación con otros países.
Las características fundamentales del modelo ideal de pregrado son:
1) una exposición amplia del residente a casos clínicos dentro de las 5 áreas principales de la cirugía plástica; cirugía craneofacial, de labio y paladar hendido, cirugía de mano, pacientes quemados, cirugía reconstructiva y microcirugía, y cirugía estética; 2) un número mínimo de procedimientos en cada una de las áreas; 3) la práctica supervisada del residente en procedimientos de dificultad progresiva; 4) la realización de cursos teórico-prácticos obligatorios; y 5) una examinación final, objetiva e imparcial con evaluaciones teóricas, exámenes orales y de disección en cadáveres.
Para lograr el cumplimiento de las características esenciales, el primer paso es delimitar las deficiencias. Los directores de programa de cada hospital deben de hacer un análisis honesto de las fortalezas y deficiencias académicas de las respectivas instituciones.
Partiendo de dicho análisis, se debe proceder a elaborar un programa académico integral contemplando la participación del residente en otras instituciones académicas donde se realicen los procedimientos ausentes en la institución de base.
El cumplimiento de estas características estandariza el nivel de cada uno de los cirujanos en formación, sin importar el hospital donde el residente haya cursado la especialización. De esta forma, se garantiza que el residente que reciba el entrenamiento en una institución con amplia exposición a procedimientos estéticos, tenga una participación activa en hospitales donde se realiza cirugía de mano o pacientes quemados, y viceversa; que los residentes que se encuentren cursando la especialización en centros de trauma, tengan una adecuada exposición a procedimientos estéticos.
El cuarto y penúltimo rubro implica la participación de cada uno de los residentes a nivel nacional en tres cursos instructivos y teórico-prácticos. Estos cursos son de carácter obligatorio y contemplan tres áreas:
1) Cirugía craneofacial, anatomía quirúrgica y fracturas faciales; 2) cirugía de mano, colgajos locoregionales y manejo de fracturas; 3) cirugía reconstructiva y microcirugía.
Estos cursos permitirán al residente tener una retroalimentación directa por parte de un profesor experto para de esta manera poder realizar las técnicas quirúrgicas y prevenir el número de potenciales complicaciones durante las etapas formativas del cirujano.
Por último, y tomando como punto de partida los modelos instructivos internacionales, la examinación del residente por un grupo de médicos, independiente al de los profesores de programa y con un énfasis en casos orales y disección en cadáver. De esta forma, se logrará extrapolar el conocimiento teórico al abordaje y realización de una técnica quirúrgica segura.
Al establecer estándares alrededor de estas cinco propuestas, se garantiza el crecimiento de la especialidad de cirugía plástica en México con el fin de brindar servicios de cirugía de calidad a cada paciente.
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